La falta de iluminación en pleno centro de Valparaíso transformó el sector en foco de delitos y abandono.

Como una «boca de lobo» describen los vecinos a una de las principales arterias de Valparaíso. Desde hace más de un año, la avenida Errázuriz, entre las calles Simón Bolívar y Bellavista, permanece completamente a oscuras debido a fallas de sus luminarias.
El problema no solo genera una constante sensación de inseguridad entre quienes transitan por el lugar, sino que también ha convertido al sector en un espacio insalubre.
Carlos Espinoza, de 57 años, ha vivido toda su vida en Valparaíso. Desde hace siete años reside en la avenida afectada y relata cómo se fue dando cuenta que el problema no era pasajero. «Yo pensaba que esto, al ser una avenida principal, lo iban a reparar pronto. Después creí que para Año Nuevo seguro lo iban a a arreglar. Pero nada. Y ahora, con el cambio de horario, ya va a pasar un año. Es increíble» afirma.
El abandono ha traído consecuencias visibles para quienes viven o transitan por el sector. Además del peligro constante de asaltos, los vecinos aseguran que el olor a orina y excremento es cada vez más intenso. «Están ahí mismo, hacen sus necesidades ahí mismo. Y cuando vas llegando, antes de la Estación Puerto, también hay rucos por ahí», agrega Espinoza.
Desde la Municipalidad de Valparaíso aseguraron que han «mantenido un rol atento y activo para la reposición constante de luminarias, tanto en Errázuriz como en el Paseo Wheelwright. Sin embargo, ha enfrentado la dificultad del robó de cableado desde el suelo y desde los postes, por personas que han adquirido esta práctica de forma permanente. A pesar de eso, se mantiene un monitoreo periódico para evitar que estas zonas permanezcan oscuras».